Te extraño, Franz. A cien años de que Gregorio despertara un día
convertido en cucaracha, ya no hay hombres como tú. Pocos quieren quemar
sus obras. Se conforman con mediocridades, se apresuran, publican cualquier
bicho y hasta salen laureados. Ninguno tiene la amabilidad de
convertirse en gusano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario