10.9.09

Aleteos


Snowwhite and 7 dwarfs??
Originally uploaded by parakeetpeach

Llevaba la llave en mi mano, moviéndola como si fuese un amuleto para ahuyentar la oscuridad. La introduje en el orificio de la cerradura, giré y la puerta se abrió. Mi perro no se asomó como acostumbra, ni me recibió con sus patas, su lengua y moviendo la cola. Mis pasos se adentraron rápidamente, pero, al cruzar el umbral sentí que algo se escurría detrás mío -como se siente el aletear de una polilla que se aproxima amenazante, como la respiración de quien espía mientras uno lee, como la presencia invisible, pero helada, de un espectro-.

Después, los rituales rutinarios: lavarse, quitarse la ropa, mirarse en el espejo el cuerpo desnudo y fatigado al final del día, ponerse el pijama, abrir las cobijas y meterse en la cama. Mi perro vela mi sueño. Me empuja, me lame y trata también de hacerme notar su presencia, quizás él piensa que soy yo quien vela su noche.

Mis ojos se cerraron y el sueño me vino fácil. Pero a la madrugada, la voz algo chillona de mamá me despertó.

-¡¿Qué tanto haces en el baño a esta hora?! -decía con un tono que denotaba cansancio y fastidio-.

-Estoy acostada, mamaaaá, ¿qué pasa? -dije con algo de rabia, mientras levantaba la cabeza para comprobar si estaba despierta-.

Que se oían pasos, que alguien abría y cerraba la llave, que se caían cosas, seguía alegando mamá. Mi cama está justo frente a la puerta de mi cuarto y ésta, a su vez, da al pasillo donde está el baño. Desde mi almohada podía ver si allí había luz y seguramente hubiese oído con claridad si alguien estaba adentro. Miré y no pasaba nada, la noche que empezaba a volverse día estaba tranquila, tampoco sentí miedo ni angustia y ni mi perro dio la más mínima señal de alarma. Sólo me puso la pata en la cara, como suele hacer cuando quiere llamar mi atención, pero esta vez fue como si estuviese diciendo, duérmete ya, niña tonta, que tienes que madrugar. Le hice caso, me acomodé y me sumergí en mis sueños otra vez.

No sé cuantos minutos transcurrieron, porque en el mundo onírico el tiempo es otro y no se mide por manecillas de reloj ni por la consciencia, sino por el número de emociones que se experimenten. De pronto volví a sentir ese extraño aleteo tenue, una respiración tibia, como de una polilla, quizá una 'tandacucha', ¡mierda!, en mi espalda que estaba semidescubierta hacia el lado izquierdo de mi cama, donde no estaba mi perro, no estaba nadie. Un aleteo de algo casi inmaterial. Un aleteo que no me dio miedo sino una sensación similar al asco. Me di vuelta rápidamente y miré a una criatura increíble. Así que tú entraste conmigo cuando llegué, pensé, con inusitada calma. Pero, ¿de dónde has salido? Era una enana fea, peluda, semitransparente, opaca, con una nariz chata y unos grandes ojos amarillentos. Me veía con asombro, como si estuviese viendo su fealdad en un espejo. En su rostro, brochazos de maquillajes coloridos y un labial violeta acentuaban lo grotesco de su mueca. Hice el ademán de levantarme y, ni bien me moví, ella (no vi su sexo, pero estoy segura que era una mujer, una hembra), esa tierna monstruosidad, salió disparada dejando a su paso sólo un viento tibio y en la penúltima grada dejó también un pelo grisáceo que guardo como trofeo de su presencia.

Giré a uno y otro lado, abrí bien mis ojos. Mi perro seguía profundamente dormido y, seguramente, en el cuarto contiguo mi madre reposaba también. Mejor me mojo la cara, es el cansancio, una alucinación, un sueño vívido. Me levanté por el lado derecho, caminé descalza sobre el piso de madera, lo sentí frío y apresuré el paso. La puerta estaba abierta, aunque recordaba que la última vez que la miré estaba totalmente cerrada. Entré y me tropecé con algo. Encendí la luz. ¿Quién estuvo hurgando en mis cosas?, pensé con furia. Polvos, sombras, lápices y labiales habían saltado del estante de vidrio celeste, donde permanecían pacíficamente. No, no habían saltado. Alguien los había tirado y ahora estaban tristes, lamentándose porque los despertaron a media madrugada. El más patético era el labial violeta, seguramente recordaba la aspereza de los terribles labios de la enana fea.

5 comentarios:

Iwviana dijo...

me gusta, me gusta... son esas experiencias que tienes cuando duermes....

Cristina Arboleda dijo...

entre que las tienes, las quieres tener, o las inventas. ojo que te añadí a los links, besos mi japonesa favorita

マジンガ SXEtto dijo...

Tandacucha....
mariposa de oscuras alas
sale galopando hacia la nada
su cuerpo hipnotiza
y juguetea con las sombras...

Es increíble lo que pueden llegar a producir estos seres parte místicos, parte espirituales, quizá son la representación carnal de nuestros sueños místicos, demoníacos, angelicales, tiernos, dulces, ilógicos...

Anónimo dijo...

un mito o la pura verdad basada en la superstición de las personas, una tandacucha a venido siendo un misterio en la vida de las personas, por lo general se cree que atraen a la muerte o que se escuchará de las peores desgracias solo con su presencia, la matan, la despedasan y aun asi no se dan cuenta que el aleteo de la tandacucha se quedo en vuestras mentes... Excelente historia ...

Cristina Arboleda dijo...

Estimado anónimo, este es apenas el embrión del cuento o la idea preliminar. tengo una versión, según yo, más acabada. Será que la cuelgo en el blog? qué opina?