Esa ciudad que yo imagino,
donde nunca he estado
es nuestra.
Lenguas son mares.
Sal de furia cicatriza tus heridas:
las saetas dejaron huellas
(«los pecados de los hombres»,
dice el calendario del sol).Atado,
otra vez,
como hace miles de años,
al árbol de fuego
donde la serpiente enterrada nos llama.
Esa ciudad grita los nombres
desde tus ojos,
desde tus ojos,
ahí se esconden los dolores
las llagas
los golpes el agua
el silencio.
El viento quema,
echa saliva en mis bocas.
Lamo enfermedad.La verdad te brota y me penetra.
Imagenes de las obras de 1. Guido Reni, San Sebastián; 2. Gerrit Van Honthorst, San Sebastián; 3. François-Xavier Fabre, The Dying Saint Sebastian; 4. Stephen Cefalo, The Optimist.