17.8.11

Fuiste su primer concierto*


Fuiste su primer concierto.
Su primer tocadiscos, un walkman, un discman, un ipod.

Una cajita de música, tu panza.

Lo primero que oyó fue tu tictac: marcaste su ritmo con latidos locos y acompasados.

Y también tu voz y tu risa de durazno. Tu respiración que sabe a pan de dulce y té.

Y la carrera de tu sangre veloz que traía tantos mensajes.
Cartas de amores y caídos, cuentos para dormir y para despertar y
canciones de cuna.

Tu panza es la cuna.

Mecida por océanos púrpuras, animales de fábulas que crecen en las entrañas,
libélulas íntimas que revolotean, enseñan poesía y hablan de la libertad.

Bailaba en ti y contigo.
Girando, girando, girando. Jugando a saltar la cuerda, dando vueltas al cordón.

Era una sirena en el vientre. Te soñé. La soñé. Las vi durante dos semanas seguidas,
te lo juro. Una rana nocturna croaba su llegada.

Hasta que se inundó la luna, poco después de la medianoche.

Tus ríos se desbordaron. Olas luminosas alumbraron la creación.

Y después…
¿cómo sonará el redoble de sus pasos frescos?,
¿qué vientos despedirá su danza?,
¿en qué otros martes volverá a nacer?,
¿cuántos mares bañarán su cuerpo?

¿Sonará ya el tambor salvaje que le arrebate el corazón?


*A Dani y su pequeña Nina