27.6.12

Proyecto Santacoto, esplendor de mediodía


Como una forma de descifrar señales que vienen desde adentro.
Como un decir “Hoy sigo aquí, estas son mis manos y mi boca”.
Componer y cantar –con el pico roto, con o sin sol–.
Hacer música.
Siempre.
Para desatar nudos en la garganta y pintar la oscuridad.
Para desenmascarar al mundo. Y reordenarlo.
Para agradecer.
Para vivir y sobrevivir.

 

En el Proyecto Santacoto, la música se manifiesta con un trasfondo orgánico, responde a un impulso íntimo, a una necesidad trascendental de revelar (¡y también rebelar!) el instante fugaz que por su intensidad se transforma en eterno.
Este disco gira en una espiral donde se arremolinan pasado, presente y futuro, musical y personal, de Andrés Sacoto Arias y Pablo Santacruz, dos artistas que el azar tuvo la fortuna de juntar a principios de los noventa, en la latitud cero.
Estas 14 canciones son una confirmación del mediodía de esplendor y madurez que atraviesan los dos músicos; al fusionar la esencia del trayecto recorrido con el (re)nacimiento de una nueva fuerza creativa.



Allí dialogan con honestidad absoluta la nostalgia, la incertidumbre, la esperanza, la luz y la sombra, que como en toda obra de valor, conforman un complejo universo de matices, donde se desnuda el alma humana.
Sus sonidos nos golpean, mutan algo en nosotros, porque tienen origen en ese tambor primigenio que nos marca la vida.
 María Cristina Arboleda

Texto publicado originalmente en la página web del Proyecto Santacoto:


2 comentarios:

Anónimo dijo...

nos ha fascinado "pico de oro", estoy viéndolo con mis hijos Fabio de 15 años e Isaac de 11, y están encantados, tanto q se la han aprendido.
Exitos, y también con "Salió el sol".

Sara

Cristina Arboleda dijo...

Hola querida Sara,
Qué gusto leer tu comentario y saber que tus chicos disfrutan de la música del Proyecto Santacoto. Y estén atentos que la fiesta sigue y sigue y sigue.

El domingo le comenté a Andrés Sacoto (uno de los creadores de esta propuesta)y se puso muy contento.

Les mandamos un abrazo grande a los tres. Y cierto, muchas gracias por pasar por mi blog.

Cristina Arboleda